Asunción de María: Un dogma de Fe

La vida de María en la tierra fue muy fructífera para el plan de Dios, desde su nacimiento, su embarazo, su vida de madre e incluso después de la muerte de Jesús, nuestra madre siempre ha hecho la voluntad de Dios, siempre ha sido fiel y ha hecho lo que está en su poder para, no solamente alcanzar su salvación, sino que también la de los demás, incluídos por supuesto nosotros, quienes hasta hoy en día disfrutamos de las bendiciones que Dios nos da, que fueron posible en parte por la participación de María en el plan de salvación.

Cada aspecto de la vida de María que conocemos, nos ayuda a reflexionar que tipo de cristianos somos, los creyentes que queremos ser y a la misma vez nos ayuda a entender que tipo de persona espera Dios que seamos y que tipo de iglesia quiere él que sigamos construyendo, labor por la cual seremos recompensados con la vida eterna en el cielo.

Pero nos cuestionamos ¿creemos que esta promesa de Dios es real? como humanos que somos es probable que en algún momento de nuestras vidas hayamos puesto en duda la palabra de Dios, que no confiemos en su promesa porque hay circunstancias en el mundo y en nuestras vidas que nos hacen flaquear en nuestra Fe, nos hace perdernos del camino que Dios ha dibujado para nosotros. 

Es por ello que él nos da la respuesta con la vida y obra de los discípulos y por supuesto también de María, ya que ella al ser llevada a los cielos se convirtió en la prueba irrefutable de que Dios cumple sus promesas; por esta razón, en 1950, el papa Pio XII proclama la Asunción de la Virgen María como un dogma, como forma de instaurar en nuestra iglesia la conmemoración de este hecho tan importante para nuestra fe.

La Asunción de nuestra amada madre se viene celebrando en nuestra iglesia desde mucho antes de ser concebida como dogma y esto es porque, el ejemplo de María es el más fiable del amor de Dios y del cumplimiento de su promesa después de Jesús; aun así el ejemplo de María es un poco especial en sí mismo pues ella es humana completamente, a diferencia de Jesús quien es Dios convertido en hombre, por ello la experiencia de la Virgen siendo bendecida con la vida eterna nos reafirma que definitivamente este es el plan de Dios para nosotros. 

Ahora bien ¿qué es un dogma de fe? Estos son verdades absolutas que, como católicos, creemos profundamente que son reales pues no hay otra explicación para ellos que ser un milagro de Dios, por esto creemos que María es asunta a los cielos al finalizar su vida. De esta forma, cuando tengamos dudas, entreguemos nuestros corazones en la oración y pidamosle a Dios, la misma fe y convicción de nuestra Madre a quien el padre recompensó y quien nos sirve de muestra para creer que nosotros también seremos salvados y recompensados. 

En la homilía del día de la solemnidad de la asunción de la Virgen María, el padre Benedicto XVI, en 2010, nos decía:

“En esta solemnidad de la Asunción contemplamos a María: ella nos abre a la esperanza, a un futuro lleno de alegría y nos enseña el camino para alcanzarlo: acoger en la fe a su Hijo; no perder nunca la amistad con él, sino dejarnos iluminar y guiar por su Palabra; seguirlo cada día, incluso en los momentos en que sentimos que nuestras cruces resultan pesadas. María, el arca de la alianza que está en el santuario del cielo, nos indica con claridad luminosa que estamos en camino hacia nuestra verdadera Casa, la comunión de alegría y de paz con Dios”.

La invitación del Santo Padre es dejarnos guiar por Él, agarrados de la mano de nuestra Madre y que como con ella creamos que nosotros también gozaremos de la vida eterna.