¿Cómo iniciamos el Tiempo Ordinario?

La pascua ha llegado a su fin y con ella muchas expectativas de lo que será este tiempo ordinario y que nos traerá de nuevo nuestro Señor. Durante la cuaresma, nos hicimos muchas promesas, hicimos sacrificios cómo Jesús lo hizo por nosotros y pedimos perdón por nuestros pecados. Durante la Pascua celebramos y damos gracias por las bendiciones que Dios ha traído a nuestra vida y por el milagro del Dios vivo entre nosotros.

Durante todo este tiempo hemos tenido momentos de meditación de la palabra, introspección, viéndonos a nosotros mismos, reflexionando sobre cómo podemos darle más a Dios de nosotros y cómo podemos tener más su presencia en nuestras vidas. En este largo tiempo pascual, las eucaristías y el ambiente en general en nuestra iglesia se enfoca en celebraciones específicas una tras otra, nos han ayudado a centrarnos en el Señor sin permitir que el mundo nos distraiga tanto. Por eso, ahora que está iniciando el tiempo ordinario, quizá, dejamos de lado esos compromisos que le hicimos al Señor. Al contrario, procuremos cumplir lo que hemos prometido, por ello es importante iniciar con un plan en nuestra mente y vida que podamos compartir en familia con nuestra iglesia doméstica.

Primero que nada les recomendamos hacer una hoja de ruta, en donde se pregunten: ¿qué metas quieren alcanzar? Es decir, plantear temáticas semanales o meditaciones específicas que les puedan ayudar a acercarse más a Dios y sobre todo que estén direccionadas al cumplimiento de las promesas que hicieron durante la cuaresma y la pascua. Esta hoja de ruta puede contener elementos que le interesen a todos los miembros de la familia y que les ayuden a construir una relación más sólida entre cada integrante, con ustedes mismos y sobre todo con Dios.

Relacionado con lo anterior, es importante hacer nuestra pequeña investigación sobre qué versículos, qué santos y qué oraciones se ajustan a estas necesidades; cada familia es distinta, por lo tanto procuremos centrarnos en los requerimientos de esta misma y preparar nuestras ReUniones pensando en ello. Con este punto, queremos enfatizar en la importancia de tener las escrituras a la mano, ya que la palabra de Dios es la verdadera guía de vida. Por ello, si antes no lo hacían, aprendan a realizar la Lectio Divina, que es un análisis consciente de la palabra que nos ayuda a comprender mejor las enseñanzas  bíblicas e interiorizarlas.

En Iglesia Doméstica, siempre nos gusta recalcar la importancia de la vida de los santos; conozcan más de sus ejemplos, porque al igual que nosotros, ellos fueron seres humanos, que en vida obraron siempre pensando en agradar a Dios. Unámonos más a las historias de nuestros hermanos Santos, aprendamos de su ejemplo e intentemos dar pasos similares a los que ellos dieron.

En este tiempo ordinario procuremos ser más cercanos con la eucaristía, precisamente una de las primeras solemnidades del tiempo ordinario es el Corpus Christi, la instauración del rito en el que recordamos el sacrificio de nuestro Señor y con ello, la bienaventuranza y nuestra salvación. El cuerpo y la sangre de Cristo representados cómo el vino y el pan ofrecidos en el altar, son el gran misterio de nuestra fe y la prueba de que Jesús sigue acompañándonos y compartiendo con nosotros la vida en santidad que él desea para nuestra salvación.

Este es un periodo largo en donde las celebraciones a nuestro Señor están menos presentes en el calendario, pero esto no quiere decir que nosotros mismos, desde el hogar y la familia, no podamos celebrarlo a él, los milagros que ha hecho en nosotros y las constantes bendiciones que derrama sobre nuestras vidas.

Pidámosle al Espíritu Santo, hermanos, que se haga presente en nuestro día a día y que sea él guiando nuestras oraciones, ReUniones y servicios.