La Esposa centro del hogar, portadora del amor de Dios

La familia es la unidad más importante para nosotros como católicos, es considerada perfecta ya que en esta se cultiva el amor, se promueven los valores y se inculcan los conocimientos. Un núcleo familiar conformado por un esposo y su esposa, también los hijos, en caso de tenerlos, es una célula que debe funcionar como la base fundamental de la iglesia de Cristo. 

Cada persona en esta pequeña unidad del cuerpo que es la iglesia y su cabeza Jesús, representa un miembro idóneo para el plan de Dios en la construcción de nuestra comunidad católica. Por eso cada uno de sus integrantes cumple un papel muy importante. En este sentido, la esposa es el complemento perfecto para llevar y conservar los valores de la fe en la casa. Además, es ella, quien, al igual que María representa a la iglesia misma, pues es quien acoge y conserva el amor del padre. en Ef 5,23-32:

El hombre es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia, cuerpo suyo, del cual es asimismo salvador. Que la esposa, pues, se someta en todo a su marido, como la Iglesia se somete a Cristo.

Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella. Y después de bañarla en el agua y la Palabra para purificarla, la hizo santa, pues quería darse a sí mismo una Iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni nada parecido, sino santa e inmaculada.

Así deben también los maridos amar a sus esposas como aman a sus propios cuerpos: amar a la esposa es amarse a sí mismo. Y nadie aborrece su cuerpo; al contrario, lo alimenta y lo cuida. Y eso es justamente lo que Cristo hace por la Iglesia, pues nosotros somos miembros de su cuerpo.

La Escritura dice: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre para unirse con su esposa y los dos formarán un solo ser. Es éste un misterio muy grande, pues lo refiero a Cristo y a la Iglesia.

Se nos revela que la iglesia es la esposa de Jesús. A quien este amó y confió para proteger y asegurar la salvación de todos. En otras palabras la iglesia es la comunidad y esto quiere decir que estamos unidos a Jesús como un esposo lo está a su esposa, que juntos y solo como comunidad conseguiremos la salvación y seremos recompensados con la verdad de Dios.

Teniendo en cuenta que la esposa es la iglesia, o en otros términos la promotora de unidad y comunidad, debemos mencionar a quien fue esposa, madre y también es considerada la iglesia misma. María, quien es la muestra que, desde su humanidad, fue increíblemente virtuosa, fue una mujer pura y llena de fe, con un amor inconmensurable por su familia que luego entendemos ese amor se multiplica a nosotros ya que al ser la madre de Dios, es la madre de todos. 

Por su parte, María se permitió vivir en Santa unión con José siendo ella quien reforzaba el vínculo de su núcleo familiar con Dios, pues tenía línea directa con el santo padre por medio de su hijo, este es el legado que ella le ha dejado a todas las esposas, ser quien une, conecta y entrelaza a la familia en la fe. 

María, siempre fue una esposa fiel y obediente por ello es ascendida a los cielos al final de su vida para ser coronada como reina y madre de todos. Sin lugar a dudas, esta disposición de la oración, ese amor infinito y el deseo de mantener unida a la comunidad es el papel que cumple la esposa en el hogar.

A mayor escala, la iglesia y María, también cumplen con este objetivo, brindarnos confort y alojamiento en un entorno lleno de amor y confidencialidad.

En la pareja, el esposo es el reflejo de Jesús en el hogar mientras a la esposa se le ha confiado la iglesia, por eso como Iglesia Doméstica, creemos que con la oración  y teniendo en cuenta cual es el papel fundamental que cumple cada miembro de nuestra familia, incluso dentro de nuestras mismas dinámicas familiares, podremos mantener  esa armonía y bienestar, especialmente en compartir la palabra, meditarla e interiorizarla. 

En 1 de Corintios 12, 12 se refuerza esta misma premisa demostrando que todos somos para cristo parte del mismo cuerpo “Pues del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante su pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo.” por eso sin uno de sus miembros estaría incompleto y es importante recordar esto ya que al pensarnos como uno solo en Cristo aprendemos a amar y apreciar a cada persona que hace parte de nuestra comunidad, pero esto solo es posible si desde nuestra Familia compartimos el conocimiento de la palabra y asegurar que el mensaje y la promesa de Dios de la vida eterna se lleve de generación en generación, por su puesto la esposa y la madre como imagen y modelo de iglesia en el hogar son parte fundamental en este proyecto de salvación. Así como María fue el eslabón clave para iniciar el plan divino de Dios, la esposa asimila esta misma función desde el hogar.