En la historia de la salvación, Dios eligió a San José para una misión extraordinaria: ser el custodio de la Sagrada Familia, el esposo de la Virgen María y el padre terrenal de Jesús. A través de su silencio, su trabajo y su entrega incondicional, San José se convierte en un modelo de fe y amor para todas las familias cristianas.
San José nos enseña que ser cabeza de familia no implica ejercer una autoridad desmedida, sino asumir un llamado a la protección, la guía y el sacrificio por el bienestar de los seres amados. En los Evangelios, lo vemos actuar con valentía y confianza en Dios, aceptando sin reservas su papel en el plan divino.
Cuando el ángel del Señor le reveló en sueños que María había concebido por obra del Espíritu Santo, José respondió con fe y obediencia (Mateo 1, 24). Con la misma valentía, huyó con su familia a Egipto para proteger a Jesús del peligro (Mateo 2, 13-15). En estos episodios se nos muestra a un hombre dispuesto a dejarlo todo por su familia, confiando plenamente en la Providencia.
En su labor como padre adoptivo de Jesús, San José fue educador, guía y ejemplo de rectitud. Su oficio de carpintero no solo sostuvo a su familia, sino que también le enseñó a Jesús el valor del esfuerzo y la dignidad del trabajo.
Como esposo de María, José demostró un amor fiel y protector. No buscó imponerse, sino acompañarla en su camino de fe, respetando su misión y apoyándola en los momentos difíciles. Su ejemplo sigue siendo un faro para todos los esposos cristianos llamados a vivir el matrimonio con amor y entrega.
La familia es la primera escuela de fe, la Iglesia Doméstica donde se forman los valores cristianos. San José nos enseña a hacer de nuestros hogares lugares de oración, trabajo y amor. Su intercesión es poderosa para las familias que buscan fortaleza, unidad y protección ante los desafíos del mundo actual.
Hoy, la Iglesia nos invita a mirar a San José como patrono de la familia y modelo de paternidad. Pedir su intercesión nos ayuda a confiar en la voluntad de Dios y a caminar en la fe, sabiendo que, así como cuidó de Jesús y María, también cuida de cada uno de nosotros.
San José, custodio fiel de la Sagrada Familia, te pedimos que protejas nuestros hogares, que nos enseñes a vivir en fe, amor y entrega como lo hiciste tú. Ayúdanos a confiar en la Providencia de Dios y a ser fieles a nuestra vocación familiar. Amén.
En este día de San José, renovemos nuestro compromiso de hacer de nuestras familias un reflejo del amor de Dios. Que su ejemplo de humildad, servicio y fidelidad nos inspire a seguir adelante con esperanza y valentía. San José, Guardián de la Familia, ruega por nosotros.